Ingredientes:
Preparación:
El primer paso es limpiar bien los calamares, buscando si tienen alguna de las fibras transparentes con las que cuentan y eliminando la tela blanquecina que tienen en su interior, dejándolos bien limpios. Cortaremos las aletas y los tentáculos y los reservaremos.
Pelaremos la cebolla y la partiremos en dos mitades, una la picaremos bien y la acompañaremos del ajo picado en una sartén con un poco de aceite de oliva para que se sancoche. Cuando esté sancochada añadiremos la carne picada, un poco de perejil picado y salpimentaremos al gusto y lo dejaremos a fuego medio unos 8 minutos removiendo de vez en cuando para que no se pegue nada.
Cuando la carne ya haya tomado color agregaremos las aletas y tentáculos troceados y lo rehogaremos junto a una cucharada de pan rallado, para que ligue bien todo y aguante mejor dentro de los calamares.
Una vez esté todo cocinado separaremos la sartén del fuego e iremos rellenando los calamares con una cuchara, sin llenarlos hasta arriba, así nos resultará más fácil cerrarlos con un palillo de dientes.
El siguiente paso es pasarlos por harina y freírlos con aceite bien caliente hasta que adquieran un buen color. Cuando ya estén fritos los sacaremos y reservaremos en una bandeja con un papel absorbente y freiremos otro diente de ajo picado y el trozo de cebolla que nos quedaba, agregaremos el vino, el tomate triturado natural y un poco de agua.
Lo dejaremos todo hacerse unos 5 minutos removiendo de vez en cuando y al final echaremos los calamares, dejándolos unos minutos para que se impregnen de los sabores y ya se podrán servir para comer.